Comentan que en esa noche las gotas de lluvia estallaban sin descanso; eran bombas de mortero que impactaban contra el techo del auditorio. La luz de los relámpagos en el oscuro cielo cerrado se multiplicaba como trémolos y, segundos después, cuando detonaba en la alfombra dejaba a la atmósfera pesada, repleta de sonidos graves que rebotaban una y otra vez hasta disiparse. Luego nacieron las estrellas entre humeantes matices de voces.
Cuando salió el sol muchos dijeron que despertaron desencajados de la realidad y que sus mandíbulas aún chocaban como coloridos autos eléctricos dentro de un pequeño corral.
1 comentario:
buenisimo man!!
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